A pesar de que actualmente la homeopatía en España es una práctica médica minoritaria y de los controvertidos principios en los que se basa, continúa teniendo sus adeptos, tanto profesionales de la salud que la recetan o dispensan, como pacientes que la consumen. En los últimos meses la homeopatía ha saltado con mayor frecuencia a los medios de comunicación debido, entre otras causas, al fallecimiento del menor italiano al que se le trató sólo con homeopatía una otitis. También ha ayudado a tomar consciencia de la seguridad y de los riesgos de la homeopatía el posicionamiento oficial que han hecho las sociedades científicas farmacéuticas y la Real Academia de Farmacia. Sin olvidar el trabajo diario de diversas asociaciones que se ocupan de alertar a la sociedad de los peligros de las pseudoterapias.
A pesar de todo ésto la homeopatía parece encajar bien los golpes y su cifra de ventas a nivel mundial se mantiene (614 millones en 2016). En España Boiron tuvo un retroceso del 16% por cierto 2016, cifra nada despreciable. No obstante, y según un informe de Laboratorios Boiron, el 60% de los españoles conoce la homeopatía (sólo un 20% gracias a su médico o farmacéutico) y un 45% la usa ocasional o regularmente.
Quizá, uno de los grandes mitos que mantiene a la homeopatía viva sea el de que es inocua y la falsa percepción de que su consumo está exento de riesgos.
EL “HALO DE SEGURIDAD” DE LA HOMEOPATÍA
Una de las razones de su popularidad entre la sociedad es debido a que la homeopatía se vende como una terapia “natural” (sin serlo necesariamente) y sin efectos secundarios, apta tanto para pacientes pediátricos, embarazadas e incluso animales. Sin embargo ésto no es cierto en todos los casos, ya que como los propios homeópatas nos cuentan, existen productos homeopáticos cuyo origen no tiene que ver con la “naturaleza” tal y como la conocemos (muro de berlín, Tyrannosaurus rex o agujero negro). De hecho, algunas materias primas “activas” ni existen, como en el caso del producto homeopático más conocido, el Oscillococcinum (1,2,3).
Otra causa por la que la homeopatía tiene esa aceptación social es por que se vende exclusivamente en farmacias comunitarias. Éste hecho, recogido en la legislación actual, favorece que la sociedad identifique a la homeopatía con “legal” y “eficaz” y lo pongan al mismo nivel que un medicamento convencional. Y si además es su médico o farmacéutico el que se la recomienda…mayor aceptación si cabe.
La razón más evidente de por qué la homeopatía no puede tener efectos secundarios tóxicos (ni primarios) es por la manera tan especial que tiene de fabricarse, basada en múltiples diluciones en las que se puede corroborar analíticamente que en el producto final no se pueden detectar moléculas de principio activo. Es lógico pensar entonces que la homeopatía se puede consumir sin riesgo alguno para la salud de los pacientes, incluídos intolerantes a la lactosa y diabéticos.
Es por esta presunta inocuidad que a la AEMPS contempla la homeopatía en la ley del medicamento y considera a sus productos como “medicamento homeopático”, sin haber estado sometidos a los mismos controles de eficacia para que puedan ser llamados como tal. Recordaros de paso que a día de hoy no existe ni un sólo medicamento homeopático legalmente registrado en nuestro país.
Sorprendentemente, se ha publicado en prensa digital y se ha descrito en la bibliografía científica algunos casos en los que estos productos homeopáticos han ocasionado daño directo a pacientes, incluyendo algún fallecimiento. Probablemente estos efectos adversos tan marcados seguramente sean consecuencia de la presencia de algún principio activo debido a errores en la fabricación de los productos homeopáticos o a que algunos se venden como homeopáticos pero no lo son (Stodal, Endhometrol, etc.). Aún así, estos casos son anecdóticos y no representativos del riesgo real que supone el consumo de homeopatía para el paciente, como sería la sustitución o retraso de otro medicamento con eficacia probada . Está aceptado que la homeopatía como terapia COMPLEMENTARIA es segura a las dosis que recomiendan los profesionales homeópatas, aunque no efectiva ni eficiente.
EL VERDADERO RIESGO DE LA HOMEOPATÍA
Cuando hablamos del riesgo al usar homeopatía lo realmente preocupante no es el riesgo de daño directo por consumo de la misma, sino el llamado “coste de oportunidad” perdida de tratar adecuadamente con tratamientos y medicamentos que han demostrado eficacia clínica. Esto se refiere al potencial daño indirecto que puede causar la homeopatía cuando un paciente se trata con ella en lugar de con el tratamiento médico científicamente aceptado. Si hablamos de una patología que potencialmente pueda tener complicaciones serias o cuya gravedad sea “tiempo-dependiente”, podemos estar comprometiendo la seguridad del paciente y perdiendo un tiempo de actuación que es fundamental en esos casos.
En un principio puede parecer que los pacientes no actuarían por su cuenta tomando homeopatía en lugar de ir al médico de familia o a urgencias, pero cada vez vemos ejemplos en la televisión, en prensa y en redes sociales en los que los pacientes (y sus hijos) se automedican con homeopatía y otras terapias alternativas, en detrimento de antibióticos, antidiabéticos o fármacos para tratar esclerosis múltiple, por ejemplo. Uno de los casos más famosos fue el del fallecido CEO de Apple Steve Jobs, que rechazó el tratamiento que le recomendaron sus médicos para combatir su cáncer de páncreas, en favor de la homeopatía y de los zumos de frutas “naturales”. Veamos algunos ejemplos sacados de twitter:
Afortunadamente, la Asamblea Nacional Homeópata, en un momento de lucidez inusitada ha emitido una nota de prensa en la que confirma que los médicos homeópatas en ningún momento recomiendan abandonar el tratamiento quimioterápico en pacientes oncológicos, ya que el objetivo de la misma no es curar el cáncer, sino usarla como complemento para minimizar efectos secundarios y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Por desgracia, son bastantes las ocasiones en las que nos hemos encontrado estudios, oído a médicos homeópatas y leído artículos en medios de comunicación pro-homeopatía, en los que se menciona las bondades de la homeopatía contra el cáncer. Desde FarmaCiencia nos gustaría recordarles que si un paciente onco-hematológico con tratamiento activo con quimioterapia opta por la homeopatía como única opción terapéutica para disminuir los efectos adversos, puede ocurrir que éstos efectos adversos se mantengan hasta el siguiente ciclo de tratamiento, obligando en muchos casos al oncólogo o hematólogo a reducir la dosis de quimioterapia, viéndose probablemente disminuida la eficacia en el conjunto del tratamiento al término del mismo.
Peor aún que instituciones como el politécnico, promuevan estás tonterías. Solo falta que alguien diga que es Harry Potter .