congestión nasal

Tratamiento de la congestión nasal

  La congestión nasal es la inflamación de la mucosa nasal producida por la dilatación de los vasos sanguíneos nasales lo que provoca un aumento del flujo sanguíneo y el llenado de sinusoides. Como resultado hay un estrechamiento de los conductos nasales lo que provoca una obstrucción del flujo de aire y una sensación de “nariz tapada”. 

  En cambio, cuando los sinusoides se encuentran vacíos de sangre, la nariz permanece descongestionada.

  Dependiendo de factores como el calor, el frío y el ejercicio físico, la mucosa nasal varía su tamaño alterando la resistencia aerodinámica.

  • Sinusoides llenos de sangre: nariz congestionada
  • Sinusoides vacíos de sangre: nariz descongestionada

  La obstrucción nasal puede ser todavía mayor cuando a la inflamación de la mucosa se une la presencia de abundante mucosidad. Aunque es un error ampliamente extendido el pensar que el origen de una nariz congestionada es el exceso de moco. 

  En el caso de los recién nacidos, como tienden a respirar por la nariz, la congestión nasal puede causarles una dificultad respiratoria mortal. 

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ETIOLOGÍA

  Los síndromes clínicos más comunes causantes son las afecciones agudas del tracto respiratorio superior, rinitis (alérgica, vasomotora, medicamentosa) y sinusitis crónica. 

  La congestión nasal, a su vez, puede dar lugar a secuelas como sinusitis (inflamación de la mucosa de los senos paranasales), otitis media y trastornos del sueño, incluida la apnea obstructiva del sueño. 

  • Infecciones virales del tracto respiratorio superior: el resfriado común es el causante en la mayoría de los casos la congestión nasal. Al invadir los virus las fosas nasales causan inflamación de la mucosa.
  • Rinitis vasomotora: congestión vascular intermitente de la mucosa nasal, con estornudos y rinorrea.  
  • Rinitis medicamentosa: proceso inflamatorio crónico de las membranas de la mucosa nasal causado por el uso prolongado de agentes vasoconstrictores tópicos. 

(3,4,5)

DESCRIPCIÓN ANATOMOFISIOLÓGICA

  Los sinusoides nasales son los responsables de los cambios de la mucosa nasal y están regulados por receptores α-adrenérgicos (sistema simpático). La activación de estos receptores α1 y α2 produce la contracción de las células musculares vasculares y reduce el contenido de sangre de la mucosa, con lo que consigue la descongestión de ésta y el aumento del flujo aéreo. De los dos tipos de receptores, los α2 son los principales responsables del control del proceso. 

(2,5)

 

TRATAMIENTO

DESCONGESTIVOS ADRENÉRGICOS

  El tratamiento farmacológico de la congestión nasal se basa en el empleo de fármacos que aumenten la permeabilidad de las membranas mucosas para así descongestionar la zona. 

  Los descongestivos α adrenérgicos, también llamados simpaticomiméticos, pueden administrarse por vía tópica (oximetazolina, xilometazolina, nafazolina) o sistémica (fenilefrina, pseudoefedrina).

  Aunque no se hayan realizado estudios comparativos, se acepta que los fármacos tópicos son más eficaces que los fármacos sistémicos frente a la congestión nasal.

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1.- DESCONGESTIVOS TÓPICOS NASALES

Los descongestivos nasales más empleados son los agonistas α2 adrenérgicos, que producen efectos más potentes, duraderos y selectivos que los descongestivos orales. Suelen presentarse en forma de aerosoles o gotas y el fármaco de referencia es la oximetazolina. 

  En general, tienen un comienzo de acción lento pero prolongado (oximetazolina y xilometazolina, con 8-12 h, frente a las 4-6 h de nafazolina). Aunque su actividad es muy parecida, una diferencia a tener en cuenta es la duración de acción. 

  El principal efecto adverso del abuso de descongestivos tópicos es la rinitis medicamentosa. Esta congestión de rebote es la reacción adversa más común y consiste en la reaparición de los síntomas una vez suspendido el fármaco. 

  No hay que confundir esta congestión con una recaída y volver a usar el medicamento, porque se entraría en un círculo vicioso en el cual el medicamento seria el causante y el alivio de la congestión nasal.

  Para prevenir el efecto rebote, hay que evitar el uso prolongado de los agentes adrenérgicos tópicos: no más de 2 o 3 días. Para tratamientos prolongados, es preferible utilizar descongestivos orales.

(2,5,8,9,10)

2.- DESCONGESTIVOS SISTÉMICOS ORALES

  Son aminas simpáticas que se administran por vía oral y que después de su distribución sistémica llegan a la mucosa nasal donde ejercen su acción vasoconstrictora. Entre los más utilizados se encuentran la fenilefrina y la pseudoefedrina, que podemos encontrar en medicamentos asociados a corticoides y/o antihistamínicos.

  A diferencia de los descongestivos tópicos, provocan una menor irritación local y no producen congestión de rebote al suspender el tratamiento por abuso.

  Se han descrito reacciones adversas poco frecuentes pero graves, a menudo relacionadas con una sobredosificación: pueden ocasionar insomnio, temblor, hiperactividad, palpitaciones e hipertensión por la vasoconstricción periférica que producen. Por ello están contraindicadas en pacientes hipertensos o con trastornos cardiacos, hipertiroideos, diabéticos y pacientes con glaucoma. Además, no deben administrarse en pacientes tratados con IMAO por la posible aparición de una crisis hipertensiva grave. No se recomienda su uso en mujeres embarazadas y lactantes. 

(1,2,5,9,11)

3.- CORTICOIDES INTRANASALES

  Inhiben la inflamación de la mucosa de las fosas nasales actuando en múltiples puntos de la cascada inflamatoria. 

  Los nuevos corticoides inhalados, como mometasona y fluticasona, tienen una biodisponibilidad sistémica muy baja en comparación con budesonida o triamcinolona. Según algunos estudios la beclometasona puede producir supresión del eje hipotálamo-hipofisario y retraso en el crecimiento.

  Utilizados a las dosis recomendadas pueden producir efectos adversos de carácter leve como sequedad, irritación y hemorragia nasal, los cuales pueden ser causados por una técnica de administración inapropiada.  

  A pesar de ser unos fármacos muy seguros la mayoría de estudios son de corta duración por lo que se necesitan investigaciones a largo plazo para evaluar su seguridad.

(16,17,18)

4.- ANTIHISTAMÍNICOS

  Los antihistamínicos son antagonistas H1 y suelen incluirse en las formulaciones de medicamentos por sus efectos anticolinérgicos. No tienen efectos clínicamente significativos sobre la congestión nasal. No hay pruebas suficientes para apoyar la prescripción o la adquisición sin prescripción de antihistamínicos para aliviar la congestión nasal.

(9,12,13)

5.- SUERO SALINO Y AGUA DE MAR

  Consiste en una solución salina fisiológica estéril o una solución de agua de mar estéril que ayudan a eliminar las secreciones y a descongestionar las mucosas. Son el tratamiento de elección en niños pequeños por ser una opción segura frente al uso de descongestivos. 

  Según una revisión Cochrane del 2015 la irrigación con solución salina posiblemente tenga beneficios para aliviar los síntomas de las infecciones respiratorias agudas del tracto superior. Sin embargo, los ensayos incluidos fueron demasiado pequeños y tuvieron un alto riesgo de sesgo, lo que redujo la confianza en las pruebas que lo respaldan. 

  En los pocos estudios que comparan la irrigación con suero salino frente a la pulverización con agua de mar, se concluye que la efectividad de la solución salina es mayor que la del agua de mar en el alivio de los síntomas nasales. Pero harían falta más estudios sobre esta materia.

(14,15,19)

6.- FITOTERAPIA 

  El eucalipto es una planta comúnmente utilizada para aliviar la congestión nasal. Suele presentarse en forma de hoja triturada para la preparación de una infusión para beber o inhalar o como un líquido para ingerir por vía oral. 

  La Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprueba el uso tradicional de la hoja y el aceite esencial de eucalipto para el alivio de la tos asociada a los resfriados.  

  Según una revisión del 2017 sobre el uso de la fitoterapia en otorrinolaringología, se ha visto que el eucalipto (entre otras plantas) muestra superioridad sobre el placebo en los síntomas de la rinosinusitis y rinitis alérgica. 

  A pesar de ello la evidencia es limitada por lo que no se podría recomendar para el tratamiento de la congestión nasal.

(20,21)

CONCLUSIONES

  Los descongestivos adrenérgicos, tanto nasales como orales, han demostrado ser eficaces ante la congestión nasal. 

  Los corticoides intranasales, a pesar de ser efectivos en la mayoría de pacientes, existen subgrupos importantes en los que no demostraron una mejoría significativa de los síntomas por lo que se requieren más estudios.

  Por el contrario, los antihistamínicos no tienen ningún efecto significativo sobre la congestión nasal. 

  Tanto el suero salino como la fitoterapia necesitan más estudios para demostrar su efectividad.

Autor: Ander Santamaría Ugarte

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